Una rueda, una máquina de escribir, Javier, una fruta y yo.

31 Oct

Salí de la agencia.
No llovía.
El pronóstico había dicho que iba a llover.
Pero no llovía.
Empecé a caminar hacia la estación de tren. Aunque es más poético decirle, la vieja estación de tren. Y un lunes de mierda empezó a escribirse solo en mi cabeza. A cada paso, una tecla de esa máquina de escribir interna y vieja, pero no oxidada, iban deletreando un relato.
Este relato.
Que desde que camino esas cuadras; la del foodtrack abandonado, la del almacén con los hippies que toman cerveza abajo de la lluvia, la de la bicisenda de barrio, la de la feria americana religiosa, la del herrero que tiene su local al lado del vendedor de objetos de otra época, la de las 3 verdulerías en 150 metros, la del vendedor de quesos y salames los viernes; no escribía.
Pero a veces sucede.
Y a veces vuelve a suceder.
Como Javier.
Como Javier un lunes de madrugada.
«Escribir sobre las cosas, me ha permitido soportarlas» escribió un poeta una vez.
Y acá estoy: soportándome.

Herme

Sonó la corneta.

27 Jun

Lunes.
Amanece con lluvia.
Amanece con un segundo puesto que nos tiene atrapados.
Amanece con un mensaje que sabía que iba a llegar pero no esperaba que llegue.

Impensado. Una locura.
Como cada una de tus historias.

Hoy, me queda dejar por escrito ese gracias que tantas veces te escribí.
Por presentarme los tres colores que me regalaron las cosas más lindas de la vida: la amistad, la pasión, el amor.
Por haber sido ejemplo aunque sabías y repetías que no lo eras.
Por haberme dejado consejos que hoy sigo poniendo en práctica.
Por haberme regalado tus recreos y tu forma de doblar una carta.
Por esas cartas. Por esos brindis. Por haberme regalado la oportunidad de tirarme más de una vez a una pileta, por haberme regalado la oportunidad de ascender con el trico a primera, por hacer que conozca a las #Imbes, por haberme obligado a ponerme ese equipo con olor a mierda que me hizo, que nos hizo tan felices.

Gracias por haber sido entrenadora, en la cancha y en la vida.
Gracias por haber sido hermana mayor, en el club y en la joda.
Gracias por haber sido siempre vos. Siempre alegría.
Te volviste a ir de gira.
Brindo por tu garra. Brindo.

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@Herme00