Así, entre la simpatía del nombre y ese impregnarse típico que hace notar su presencia, arranca una nueva etapa.
Feliz.
Y con esa intriga típica de un nene que arranca primer grado.
Todo nuevo y preparado para aprender, jugar, vivir y crecer.
Ya tengo la mochila lista.
Lista y vacía.
Un mate. Una planta.
y el 3, 2, 1… de mi cuore.
@Herme00
Deja una respuesta